Pues sí, hay de todo en la viña del Señor. Que sepan ustedes que no toda religión es fundamentalista, ni intenta imponer su teoria, ni tiene nada que ver con Monseñor Rouco Varela.
Ya de crío lo viví en mis propias carnes. Cuando los trabajadores de CARMOSA tomarón la fábrica, el cura del barrio de Fatima prestó los salones parroquiales para las asambleas, razón por la cual estoy bautizado y comulgado, (mirado por el lado bueno, puedo apostatar y ser excomulgado).
Ya de menos joven cayó en mis el libro "Una chabola en Bilbao" de José L. Martín Vigil, que narra la historia de un poblado chabolista en el Bilbao anterior a "¨Ría 2000". Me gusto mucho, así que busque más libros suyos: "Los curas comunistas". (Que no me he leido aún).
Y pasaron los años de Turkey y conocí a mucha gente buena. Entre ellos a mi amigo José María Pacheco, que fue cura, fue; y ahora trabaja en la oficina de atención al emigrante, forma parte de la Plataforma de la Inmigración de Molina y es presidente de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo, aparte de muchas otras cosas buenas.
A través de esta amistad conocí a miembros de la HOAC (Hermanda Obrera de Acción Católica), gente buena, los curas comunistas. Y también conocí a Domingo Perez, otro cura, excura, comunista; gente buena. Cantautor el bueno de Don Domingo, escuchen ustedes "Monseñor martillo y hoz".
Y tratando con gente buena se conoce a más gente buena. Oscar Romero.
Que sí, era cura, pero de los buenos. Ahí está en Paraguay Don Fernando Lugo, un hombre bueno. ¡obispo!
De la gente mala no merece la pena hablar.
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