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domingo, 28 de agosto de 2011

Se acabó

Todos sabíamos que este día llegaría. No un día triste, pues sólo la llegada de la muerte certifica que ha habido vida.

Una nueva vida nos espera, nuevos proyecto... A partir del 1 de septiembre en su pantallas.

domingo, 14 de agosto de 2011

En el nombre de Dios

  
Mis amigos son casi tan grandes como yo

JOAQUÍN SÁNCHEZ es activista del Foro Social de Murcia,de Democracia real ya DRY y de la Plataforma de afectados por la hipoteca PAH,sacerdote y miembro de la HOAC

  En el nombre de Dios, no causen más pobres, no condenen a millones de personas a la miseria. No provoquen más hambrunas, que lleva miles de personas a morir, sin más esperanza que la muerte llegue pronto para dejar de sufrir.

En el nombre de Dios, no dejen morir cada seis minutos un niño en Somalia y a miles de personas que fallecen por falta de alimentos, acceso al agua potable o curación de enfermedades que en la actualidad son curables, sobre todo en el continente africano.

En el nombre de Dios, no sigan destruyendo el medio ambiente en nombre del progreso, el crecimiento y el bienestar, que están abocando al planeta a un deterioro irreversible que haga la supervivencia humana casi imposible.

En el nombre de Dios, no desahucien a la gente, a las familias. No las echen a la calle, sin futuro ni autoestima social. Sólo les dejáis una condena y una esclavitud: seguir pagando a un sistema bancario usurero.

En el nombre de Dios, ayuden a las familias y no las pisoteen como si fueran meros recursos económicos.

En el nombre de Dios, no sigan manipulando a la opinión pública, convirtiéndola en una masa amorfa, que sólo sirve para producir y consumir y para no causar problemas al status quo.

En el nombre de Dios, no sigan atacando a la sociedad o mejor dicho ‘atracando’ a la sociedad, al estado del bienestar. No sigan destruyendo la dignidad de las personas, sus trabajos, sus derechos.

En el nombre de Dios, no dejen sin horizonte de trabajo a los jóvenes y los conviertan en mano de obra barata a merced de la avaricia.

En el nombre de Dios les pido a los especuladores, financieros, enriquecidos e inversores que transformen su corazón codicioso y sin escrúpulos en un corazón que tenga cabida el compartir y la solidaridad.

En el nombre de Dios les pido a los representantes políticos y a los políticos en general que no sean cómplices de la injusticia, que no acepten sobornos ni sean corruptos de este sistema capitalista inmoral y sin justificación alguna, porque es un sistema que está abocando a la sociedad donde una minoría acumula toda la riqueza y la inmensa mayoría social esté desposeída de bienes y dere-chos sociales, laborales, en definitiva, de Los Derechos Humanos. Por eso, les pido a los políticos, con cualquier responsabilidad de gobierno, que defiendan a sus ciudadanos, para que no seamos mera mercancía de los poderosos de este mundo.

En el nombre de Dios les pido a las multinacionales que no sean expresión de explotación, opresión, guerras y, por tanto, sean los causantes del hambre, porque expolian los recursos naturales de los países.

En el nombre de Dios les pido a las personas que profesamos los diversos credos religiosos, que no prostituyamos nuestra fe en Dios y no la pongamos al servicio del poder económico, político y militar. Les pido que no legitimemos las guerras, las violencias y la miseria. Les pido a los islamistas que no impidan el paso de las ayudas humanitarias a la población civil.

En el nombre de Dios le pido a la gente que salgamos de nuestra indiferencia, que despertemos nuestra conciencia domesticada y anestesiada y sepamos reaccionar, indignarnos y comprometernos con nuestros barrios, pueblos, naciones y con la humanidad.

En el nombre de Dios les pido que seamos ciudadanos del mundo y contribuyamos a crear y recrear la vida.