El tabique nasal o septo es una lámina vertical que separa las dos fosas nasales.
Se aconseja esta intervención cuando existen desviaciones del tabique que provoca obstrucción de nariz. En ocasiones se asocia a grandes deformidades de la nariz que pueden también tratarse.
La intervención, practicada bajo anestesia general, se realiza a través de los orificios de la nariz y consiste en la correción de las desviaciones.
Con frecuencia esta operación se realiza unida a cirugía de sinusitis, oído u otras.
El postoperatorio suele ser muy llevadero aunque tras la operación es necesario llevar unos tapones colocados en la nariz durante unos días que obligará a respirar por la boca.
No quedan cicatrices visibles, o son muy poco evidentes, pero pueden presentarse hematomas en torno a la nariz que desaparecen en unos días.
Esperamos resultados favorables sobre la obstrucción nasal en la inmesa mayoría de los casos.
Los riesgos destacables durante la intervención son excepcionales.
Es raro que tras la cicatrización puedan aparecer perforaciones de tabique que comuniquen los dos orificios de la nariz. Excepcionalmente pueden presentarse también uniones de las paredes nasales entre sí que en general son facilmente solucionables. Cuando las desviaciones son muy importantes existe la posibilidad de que tras su corrección se presenten hundimientos de la punta de la nariz. (Clásica imagen de boxeador).
Cuando está indicada esta intervención no hay alternativas eficaces a la operación. En cualquier caso el problema no entraña gravedad en la mayoría de los casos y se puede vivir con él sin necesidad de operación.
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